30.8.05

ridículos 23 o cualquier cosa cualquier día

he estado muy cansado estos días
he acabado hecho polvo. de ocho de la mañana a once de la noche sin parar. acaso quince minutos de deportes por la tele. nada más. escuela. revista. cosas: desperfectos por reparar o simplemente cosas como pensamientos que ocupan circunvalaciones que tranquilamente un hindú surfearía como faldas de hawaiana o cortinas de seda importadas en alguna mezquita como en la que bien podría haber vivido cide hamete ---- locura del quijote que hoy me recordó un texto de borges en el que noté su pequeñoburgismo, pero no su supuesto fascismo, una especie de gesto mamón, pero considerado como dedito inglés de té de las cinco. decía que había que encontrarle algo de bueno a cierta expresión porque era popular y pues ni modo que la mayoría sea pendeja, si no estamos jodidos.
pero decía que he estado muy cansado. y pensaba hace rato que muchas horas de hacer formaban la figura. que lo que escogía hacer ahora formaba la figura y no la personalidad como se suele decir. imaginaba mi hígado desgarbado, mi estómago gris: lleno de humo y de cáncer negro; imaginaba un par de pulmones reducidos, pequeños como últimos alvéolos que hacen el gasto de la respiración y la vida. y luego una espalda encorvada. no auguraba buenas cosas para mí en mi futuro con mis pensamientos.
pero cansado sabía que formaba mi figura, mi representación abstracta en el mundo y no tanto mi personalidad. porque esa es una maleta que cargo conmigo ya a todos lados desde que aprendí que algo razonable en el mundo era respetar a los otros y respetarme a mi. aunque todo siempre acabe con carcajada sarcástica. o casi siempre. quiero decir, a veces abruma algo y trastorna. quiero decir, a veces una idea cobra fuerza. llega a un punto y hace, o se hace lugar o, dirán algunos, cobra vida como un lunar más o la pérdida de la dentadura (supongo). digo, se hace presente. y ya. no hay más. la conversión en obsesión es la parte ridícula. es donde hay que ser razonables y barrer con la escoba. donde, como una entre muchas posibilidades, uno puede reírse. no sé si sea algo de siempre, de todos los tiempos, de cualquier época, o sea de ahora o simplemente mío, pero ahora cabe reírse de uno mismo.
la parte alegre: al final todo acaba en sonrisa si se es razonable. si se sabe respetar, alegre y con soberana despreocupación, la última gota insignificante de agua del mundo que producirá otro día (¿más?) la primera protocélula del universo en la nada y que bien podría perderse en un gesto igualmente insignificante.

una vez más la pregunta recurrente: ¿de qué coños se escribe en un blog?
y otra vez más la especie de contraburla para con el dude que dije que decía que le cagaban la mayoría de los blogs (creo que se refería a los mexicanos) de gente que sólo escribía sobre sí misma.
ni page.

ya me voy a dormir